Tan sonriente, tan feliz.
Ella, luchadora, fuerte, siempre sigue hacia adelante y nunca mira hacia atrás.
Ella, siempre valiente, aunque a veces disfrace su fragilidad para no demostrar el menor signo de debilidad al resto del mundo.
Ella,sin querer hacerlo, apenas sin darse cuenta, sin reparar en ello me enseñó tantas y tantas cosas, que yo ignoraba.
Me enseñó a exprimir al máximo cada segundo de cada nuevo día que nace.
Me enseñó a dejar los complejos a un lado y desnudar mi alma ante el mundo.
Me enseñó que en este mundo de locos todavía quedan personas como ella.
Me enseñó que la vida es demasiado efímera como para dejar que se nos escape con cada segundo que desperdiciamos en pensamientos vanales.
Me enseñó a bailar, sin importarme el que dirán.
¡Felicidades!
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