Este Verano no podía tener mejor broche final. Ferias alocadas, llenas de anécdotas y mil historias que llenan y embriagan mi propio bahúl de los recuerdos. Con ese punto de locura y genialidad que tienen ellos, con esos momentos locos y compenetrados.
Nunca pensé que este verano me costara tanto volver a la rutina Placentina.
Porque lo que te hace grande no entiende de como ni porque.
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